Giuseppe Verdi nació en Le Roncole, aldea cerca de Busetto, en la provincia de Parma, (incluida, todaviá, en aquel tiempo, entre las posesiones napoleónicas) el 10 de Octubre de 1813 (el mismo año que Wagner), Falleció en Milán el 27 de Enero de 1901.
En Busetto, tres personas, de origen, formación y tendencias muy distintos, se
interesaron muy pronto por el joven Verdi; sus condiciones naturales habían
despertado su atención. Muy pronto, un mecenas, se hizo cargo de Giuseppe.
Antonio Barezzi, gestor de la Sociedad Filarrnónica de Busetto, destilador de
alcohol y comerciante, se propuso con generosidad ayudarle de manera
verdaderamente eficaz. Sus dos primeros maestros estaban verdaderamente
cautivados con su alumno, hasta el punto de disputárselo para hacérselo suyo
exclusivamente: de un lado el Canónigo Don Seletti, ante el espíritu abierto y
evolucionado del joven Verdi, soñaba para él, naturalmente, con el sacerdocio;
por otro, el director de la escuela de música de Busetto, maestro de capilla y
organista de la Catedral, Ferdinando Provesi, verdadero artista y llamado a
presidir los destinos musicales de la pequeña villa. No es preciso remarcar que
en Barezzi, Provesi encontró un apoyo, tan eficaz como sólido, porque
comprendió inmediatamente que su deber estaba precisamente en apoyar el
esfuerzo del joven y dotado músico.
A pesar de la presencio de estos maestros Verdi es el tipo perfecto de
autodidacta: aprende piano sólo, sin maestro; realiza numerosos trabajos,
fragmentos de ópera, fantasías, marchas, rondos, danzas, que transcribe para
la orquesta local, y con sólo quince años presento con gran éxito una sinfonía,
De las lecciones de armonía de Provesi a esta sinfonía hay numerosos peldaños
ascendidos día a día, con voluntad y esfuerzo. En estos años de aprendizaje
se forma inconscientemente, pero con toda firmeza, el que será el estilo del
maestro.
Esta vida de trabajo recogido, de estudio, hubiera podido durar mucho tiempo, si
algunos acontecimientos extramusicales no hubieran variado el cauce de los
mismos. El joven Verdi fue llevado, poco a poco, a vivir en la casa de su
benefactor Barezzi, donde, evidentemente, se enamoró de Margarita, la hija del
mismo. Estos amores juveniles impidieron que ambos vivieran bajo el mismo techo,
e impulsaron a Giuseppe a luchar por una posición estable.
Con la conformidad de todos, familias, novia, protector y profesores, se
presento al examen de ingreso en el Conservatorio de Milán, el que hoy lleva su
propio nombre. Hay que decir que las pruebas de composición iban muy unidas o
las de piano y, si bien fueron aceptados sus ejercicios de armonía, no así su
forma particular de tocar el piano. El Conservatorio de Milán rechazó la
solicitud de ingreso del que sería su titular por "sobrepasar la edad y
por manifestar insuficiencia en piano y en contrapunto".
Permanece en Milán estudiando particularmente, armonía, contrapunto y fuga,
con Lavigna, director de orquesta en la Scala, destacado teórico y excelente
profesor. Las lecciones de Lavigna dieron agilidad y fluidez a la mano del Joven
compositor, aunque sin aportar nada nuevo o su personalidad ya perfectamente
dibujada. En este aspecto, Verdi, en Milán, seguirá siendo un autodidacto, que
no tiene más que su propia experiencia adquirida día a día, Años más tarde,
Verdi se quejaría: "nadie me enseñó la instrumentación, ni la manera de
tratar la música dramática".
En 1833 muere su antiguo profesor Provesi y queda vacante el cargo de maestro de
capilla de la catedral, éste era el objetivo inmediato de Verdi. Al lograr la
ansiada estabilidad económica, podría contraer matrimonio con Margarita
Barezzi. Pero las intenciones de Don Ballarini, el cura de Busetto, eran otras y
logró se nombrara directamente, sin concurso ni prueba alguna a un tal Ferrari.
Se inicia aquí¡ una lucha en el pueblo entre los "ferraristas" y los
"verdistas" y con estos Barezzi y toda lo Sociedad Filarmónica. Se
logro la anulación del nombramiento de Ferrari y se convoca un nuevo concurso
regular. La plaza es finalmente adjudicada al joven Verdi, tras dos años y
medio de recursos, influencias y recomendaciones.
El 5 de Mayo de l 836 contraen matrimonio Giuseppe Verdi y Margarita Barezzi.
Aquí finaliza el periodo de aprendizaje del joven compositor, iniciándose el
de lucha que no concluirá hasta su muerte.
Verdi, consciente maestro de capilla, se vuelca en cuerpo y alma a la vida
musical de Busetto, Escribe a lo largo de la jornada Innumerables obras, que son
inmediatamente interpretadas, y que, además de dar satisfacción a sus
paisanos, acaban de pulir su forrnación. Pero al mismo tiempo siente una
irresistible atracción hacia el mundo de la ópera. Con gran sentimiento de su
mujer, proyecta un viaje a Milán para entregar personalmente el manuscrito de
su primera ópera Oberto, Conte di San Bonifacio. A fuerza de largas y difíciles
negociaciones, ayudado sin duda por Lavigna y gracias a la recomendación de la
cantante Giuseppina Strepponi, el Teatro de La Scala, presenta con éxito, en el
otoño de l 839, la primera de sus óperas.
Pero la desgracia se estaba apoderando de la familia Verdi. Hacía un año que
había fallecido su hija Virginia; un mes antes del estreno de Oberto, y a la
misma edad de su hermana, falleció su hijo Romano; al año siguiente, l 840,
fallecería su esposa. A los veintisiete años Giuseppe se encontraría
completamente solo y sumido en un profunda depresión.
Las atenciones y desvelos del director del teatro consiguieron revivir su interés
con el libreto de Nabucco. El nuevo Verdi, el que renacería junto a Giuseppina
Strepponi, la famosa cantante que le recomendara al empresario de la Scala y con
la que contraería matrimonio en 1859, va a estar sumido, a partir de entonces,
en un trabajo intenso que recoge el testigo de sus tres grandes antecesores:
Donizetti, Rossini y Bellini.
El triunfo de Nabucco en 1842 llevó su nombre a los escenarios más importantes
de Europa y de América. A partir de este momento compone para Milán, y también
para Nápoles, Roma, Venecia, Trieste, Florencia, Londres, etc. Son un total de
ocho óperas las compuestas en esta década.
En ellas el compositor concentra todo su esfuerzo en el dibujo de personalidades
individuales o relaciones humanas, pero poco a poco irá mostrando un creciente
interés por argumentos de mayor grandiosidad, donde las colisiones y conflictos
serán entre grupos sociales e incluso entre naciones, Apunta hacia nuevos
objetivos. Quiere un nuevo tipo de personaje, psicológicamente más elaborado,
y cuya presencia no sea gratuita ni forzada. La acción tiene que ser siempre
clara y perceptible, evitando cualquier añadido a la misma. Los libretistas (T.
Solera, S. Cammarano, A. Borro) tendrán a su cargo la redacción de los versos,
exigidos de una medida concreta, como simple apoyo, dramático y psicológico,
de unos hechos de los que él es único responsable. Siente una preferencia
especial hacia los grandes clásicos ( Shakespeare, Schiller).
Ernani, ya supone un giro importante respecto a sus primeros trabajos. Los
conflictos característicos que rodean al amor y el honor se manifiestan de
manera extravagante. Producida en el Teatro de La Fenice de Venecia, fue la
primera ópera compuesta por Verdi para un teatro que no fuese La Scala de Milán.
El protagonista, un miembro de lo nobleza, al margen de la ley Ruy Gómez de
Silva; por ella desafía su condena y se enfrenta a sus dos rivales.
Posiblemente hasta llegar a Rigoletto, no encontraremos una partitura verdiana
melódicamente tan rica. Desde melodías sencillas y elementales a muy
elaboradas, se encadenan en cascada interminable. Utiliza los sentimientos
simples, del honor, del amor, de la traición, dotándolos de gran fuerza
musical .
Verdi se aventuró en la política, lo mismo en la vida real que en los
escenarios. Durante el levantamiento de 1848-49 regresó a Italia por dos veces,
desde París y Londres, para estar cerca de los acontecimientos. Cuando Roma fue
liberada, y constituida Italia temporalmente en república, fue utilizada su música
de La Battaglia di Legnano, (un drama sobre la caída de Federico Barbarroja a
manos de la Liga Lombarda en el siglo XII) como símbolo de la nueva situación,
Posteriormente el nombre de Verdi se convertiría en acróstico de una de las máximas
de los italianos (Vittorio Emanuele Re d'Italia). En 1860 Italia alcanzó la
independencia nacional liberándose de casi todos sus opresores extranjeros,
Admirando profundamente a Cavour, el principal artífice de este logro, Verdi
accedió a formar parte del nuevo Parlamento. En l 874 sería elegido miembro
del Senado.
La década de los cincuenta, Verdi alcanza la cumbre de su creación con
Rigoletto, La Traviata y también Il Trovatore.
La Traviata es lo ópera más popular, la mas conocida de todo el teatro lírico
italiano: Violeta Valery siente por Alfredo Gerrnont un amor apasionado, que
llega al límite al plegarse a la separación exigida, por razones sociales, por
el padre de Alfredo. Éste, junto a la cabecera de Violeta moribunda, conocerá
la verdad de la renuncia de su amada. Tanto el canto, la orquestación o la línea
melódica, acusan un clima de intimidad novísimo y sorprendente, junto a una
descripción perfecta de los diferentes grados y matices del amor, desde el
puramente frívolo al más profundo y apasionado.
Verdi vivió una época de opresión y censura muy estricta, sobre todo lo que
podía resultar políticamente inconveniente: Cuando se representó Rigoletto en
Venecia, tuvo que poner a un duque anónimo como personaje principal, y no (
como en el original de Víctor Hugo) al rey de Francia; En Roma, las brujas de
Macbeth debían ser gitanas; En Un ballo in maschera, se producía el asesinato
de un rey sueco, el lugar de la acción hubo de trasladarse a Boston, quedando
el rey convertido en un gobernador colonial.
Desde aproximadamente l860 Verdi se autoconsideró retirado de la composición.
Cada una de sus óperas posteriores a esta fecha no son obras de encargo sino
producto de su libre decisión. Un reto particularmente apasionante fue el que
le ofreció Don Carlo, sobre un libreto, adaptación de la obra teatral homónirna
de Schiller, por F. J, Mery y C. du Locle. Un triángulo amoroso entre padre,
hijo y madrastra, se desarrolla paralelamente o una serie de luchas
internacionales y en medio de una pugna entre iglesia y estado. Completan la
obra una serie de cuadros independientes a base de escenas de multitudes y pompa
religiosa.
El propio Verdi no quedo tan satisfecho con la obra como en otras ocasiones.
Resultó demasiado larga, y tuvo que suprimir varias secciones antes de su
presentación en l867. Revisada de nuevo, fue acortada aún más, para una
producción de La Scala en l884.
Por este empeño en revisar obras que a su parecer necesitaban reformas, también
Macbeth, Simon Bocanegra y La forza del destino sufrieron cambios parciales.
Mientras tanto también escribía obras nuevas, entre ellas Aída. Compuesta
para 1a inauguración del Canal de Suez, en l 870, su estreno tuvo que ser
pospuesto hasta el año siguiente, por no haber llegado de París los vestuarios
y el decorado a causa del bloqueo alemán de la ciudad 1870/7l,
Como antes con Don Carlo, la concepción dramática de Verdi alcanza también su
perfección con Aída. Los personajes dotados de una complejidad psicológica,
destacan sobre un fondo con el que establecen relaciones de contraste, De nuevo
los temas favoritos de Verdi, si bien en una trama más sencilla que Don Carlo;
el conflicto entre países y el amor imposible entre un general egipcio y la
hija de su mayor enemigo, dejan sitio para un gran espectáculo. Aída
representa la síntesis de las tradiciones francesas e italianas desarrolladas
por Verdi y con ella encontrará un éxito brillante en todos los campos. La
acción de Aída, situada en el antiguo Egipto, amenazado de invasión por los
tropas etíopes, pone de relieve las situaciones difíciles y contradictorias en
los que se debate Aída, joven esclava etíope. Su amor al guerrero Radamés, no
sólo la convierte en rival de la hija del Faraón, sino que la desgarra en su
patriotismo, El drama lleva al juicio de Radamés, con quien a Aída compartirá
su suerte.
La música de Giuseppe Verdi, italiano, y la de Richard Wagner, alemán, compositores nacidos el mismo año, pero diferentes en estilo, métodos, filosofías, temas, culturas, nacionalidades, y en todos los aspectos imaginables, son todavía la base del repertorio operístico de los teatros del mundo.