NO DESPIERTES A LA SERPIENTE

 

No despiertes a la serpiente, no sea que
Ignore cuál es el camino a seguir;
¡Deja que se deslice la que aún duerme
Sumida en la honda hierba de los prados!
Ni una abeja la oirá arrastrarse,
Ni abrirá los ojos una efímera
Soliviantada en la cuna de su flor,
Ni la luz de las estrellas mientras resbala
Entre la hierba con silencioso impulso.

 

 

Percy Bisshe Shelley (1792-1822)

 


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