LEOPOLDO LUGONES

Nació el 13 de junio de 1874,en el seno de una familia cordobesa de antiguo linaje. Sus padres eran Santiago M. Lugones y Custodia Arg.

Vivió su adolescencia en Córdoba y allí nació su vida literaria y de periodista. Se definió temprano como anticlerical en el Pensamiento libre. Fundó el primer centro socialista de Córdoba, y continuó su acción en Buenos Aires.

Lo describían como ''bizarro muchachón de veintidós años, de anteojos''; como lo vio Rubén Darío, su mejor amigo, ''el convencido conquistable''.

Desde 1897 es empleado de correos, hace crónica roja desde la Montaña.

En 1900 es inspector de enseñanza media, y en 1903 separado del grupo socialista del cuál deciden expulsarlo por inconsecuencia, Lugones protesta en el nombre de reales servicios prestados en la causa. Lo cierto es que entre 1896 y 1903 Lugones integra con Roberto Payró con Alberto Gerchunoff con Miguel Ugarte el grupo de asaltos rebeldes contra el orden social y político. Fuera de ciertas contaminaciones, la estética de Lugones seguirá proclamando la ''aristocracia intelectual ''del arte, mientras su prédica política y doctrinaria, su propia oratoria, irá descendiendo. Lugones liberal rojo, subversivo e incendiario, según Romagosa, lee en el Ateneo su Profesión de fe. La vanguardia; comenta que en ella, Lugones, canta a la ciencia y a la igualdad, fulminar al dios Millon, desprecia el clero, espera de la agitación del pueblo, excita a la lucha por la idea, pinta sus dolores, predica y triunfo.

Este grupo se disoció pronto. Cada uno de sus elementos asumió su propio rumbo.

Lugones apoya la candidatura de Quintana a la presidencia. Goza de prestigio como poeta, orador y polemista.

En 1897 nace su único hijo.

Los crepúsculos del jardín son un triunfo reciente cuando viaja a Europa en 1906, viaje que repetirá en 1911 cuando ya ha escandalizado con Lunario sentimental, y rendido su homenaje a la patria en el centenario con las Odas seculares, Didáctica, Piedras limoneros y Prometio. El regreso de 1912 suscita en él aspiraciones de afirmación nacional, y las conferencias sobre Martín Fierro, que integrarán la primera y única parte de El payador, se suman a su Sarmiento del año anterior. En 1913 vuelve a Europa, enviado por la Nación.

Está en Buenos Aires cuando muere Darío, amigo de veinte años.

Lugones dio volúmenes de discursos y polémica doctriniana; en 1920 entrega, Mi beligerancia y La torre de Casandra, los estudios clásicos integran en 1919 el tónico sobre Las industrias de Atenas y el poeta ha reunido en El libro de los paisajes(1917).

Después de 1920, Lugones aparece como un curioso investigador de la Física moderna en El tamaño del espacio(1921), como un rezagado simbolista en Las horas doradas(1922) como un avanzado de ideas políticas que se le vienen imponiendo desde el fin de la gran guerra y se manifiesta un día del coliseo de julio de 1923.

En 1924 Lugones es el autor de Romancero, Filosofícula, Estudios helénicos y cuentos fatales.

En los seis años siguientes Lugones publica Romances del río seco, La organización de la paz y La patria fuerte y en 1930 consigue ver cumplido el triunfo de una revolución militar, que el mismo había proclamado necesaria.

Completa la serie de Romance y redacta la Roca.

El 18 de febrero de 1938 se suicidó en un cuarto de El tropezón, en una isla del tigre.

Obras

Los muchachos, La guerra gaucha, Las fuerzas extrañas, Lunario sentimental, La limadura de hiphaestos, Odas seculares, historia de Sarmiento, El libro fiel, Elogió de Ameghino, El payador, Hijo de la pampa, Mi beligerancia, El libro de los paisajes, Las industrias de Atenas, La torre de Casandra, El tamaño del espacio, Las horas doradas, Cuentos fatales, Romancero, La organización de la paz, Nuevos estudios helénicos. La patria fuerte, La grande Argentina, Romances del río seco, Roca, Diccionario etimológico del castellano usual.

La obra de Lugones. El Poeta.

El modernismo, escuela o movimiento dentro del cual se inscribe gran parte del verso y la prosa artística de Lugones, se define por su evidente tendencia a la solución formal de los problemas estéticos.

La crítica de La Vanguardia destaca que el poeta canta a la ciencia y a la igualdad, fulmina al dios millón, desprecia al clero, espera a la agitación del pueblo, pinta sus dolores y predica su triunfo. En una composición tan socialista como puede serlo de un poeta, no falta quien eche de menos en ella algo concreto, alguna alusión más directa a los desgarramientos de la lucha que caracteriza a la sociedad actual.

Las montañas del oro:

La introducción moviliza en rotundas metáforas un ritmo cósmico que estrecha vínculos con un ritmo humano, biológico.

La materia de ese canto aparece mechada por un agitado sentimiento de justicia, por un profetismo mesiánico que anuncia el esplendor de los tiempos nuevos. Su característica formal es el versículo bíblico.

El influjo de Baudelaire, agónica sensualidad cruzada de relámpagos angustiosos, genera una avalancha de imágenes torturadas en un corazón hinchado de odios.

En el Himno de las torres; el poeta aparece como el centro terrenal

 


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